Thursday
JT
The Haunted World of El Superbeasto
Rob Zombie
2009
La primerísima impresión ojeando por encima imágenes en movimiento de The Haunted World of El Superbeasto fue de pequeña decepción. Estéticamente limitado, con referentes muy diáfanos pero muy gastados, y abusando (lo pillara por donde lo pillara) de la avalancha de referencias pop como gag en sí mismo, al estilo Padre de Familia. Por suerte, crucé dedos, me encomendé a un Rob Zombie que aún tiene que decepcionarme por primera vez y me sumergí en el mundo encantado del luchador mejicano del miembro enjuto.
Sin embargo, fue contemplarlo en movimiento y caer en una de las experiencias de cine de animación en estado puro, paradójicamente, más clasicas de los últimos tiempos. Como en la era de los Fleischer, El Superbeasto respira ritmo, sus personajes palpitan al compás de los diálogos, de la acción, de la banda sonora. La única diferencia es que aquí las chicas van en tetas, decisión que, salto generacional aparte, los hermanos Fleischer de la Betty Boop más descocada habrían aprobado. El Superbeasto solo cojea estéticamente cuando se le nota el acabado digital: los colores demasiado planos en ocasiones (cuando los fondos son pintados se reciben como maná), la acción tan frenética que pierde el toque orgánico de los clásicos… pero son detalles. En sus mejores momentos, esta producción de Rob Zombie se engalana como digna heredera del mejor Ralph Bakshi y el Kricfalusi más frenético y conservador.
En cuanto a la avalancha de guiños, es verdad que a veces estorban, pero cuando se van por las ramas, son gloria bendita: el robot salido de The Phantom Creeps, la cabeza de Hitler, el bar del miedo, y por encima de todo, el devastador guiño a una película de Brian De Palma que no desvelaré aquí, pero que apunta con tanta intención al propio discurso de la película que lleva ligada su propia canción en la banda sonora. Una banda sonora, por cierto, con sublimes canciones escritas por el cómico Chris Hardwick y que revientan cualquier prejuicio acerca de si es posible hacer canciones perfectas con sentido del humor. Es posible. Mi miedo acerca de un hipotético síndrome post-Padre de Familia en la avalancha indiscriminada de referencias tenía una base, por supuesto, y El Superbeasto no siempre atina al cien por cien, pero desengañémonos: un personaje cuyo tono de movil es Mr. Roboto de Styx y da pie a running gags como el de la canción de los zombies nazis va, decididamente, por el camino correcto.
Subscribe to Posts [Atom]